miércoles, 12 de junio de 2013

Laberinto de Creta


El laberinto de Creta es el escenario donde - según la mitología griega- Teseo venció al Minotauro, monstruo mitad hombre y mitad toro que se alimentaba de mozos y doncellas atenienses, que le eran entregadas por el Rey Minos, conquistador de Atenas.  Teseo era hijo de Egeo, el vencido rey ateniense, y su siguiente triunfo –tras vencer al Minotauro- fue poder salir del laberinto, gracias al ovillo de hilo que le entregó Ariadna, la hija del rey Minos, profundamente enamorada de él. 

El simbolismo que encierra este mito griego es de gran riqueza: el laberinto representa la dificultad y el engaño del camino; la lucha contra el Minotauro, la habilidad, fuerza y astucia ante la brutalidad; y el hilo de Ariadna, los indicios que conducen a la resolución de un problema. 



Este mito ha sido recogido por diversos autores a lo largo de los años, entre ellos, Cervantes, como ya sabemos por este capítulo. . Lope de Vega también se inspiró en él para escribir la tragedia El laberinto de Creta (1612- 1615) donde se representa una discusión moral entre los personajes centrales del mito griego.

Como en toda leyenda, han sido muchos los que han intentado encontrar una base real en la existencia de ese laberinto. Y parece haberse conseguido, pues hace unos años se descubrieron unas ruinas en Creta que podrían haber albergado el famoso laberinto.


La ley del encaje

La ley del encaje es una expresión propia del lenguaje judicial referida a un dictamen o juicio que discrecionalmente forma el juez, sin atender a lo que las leyes disponen.

Esta expresión todavía se utiliza en la actualidad para hablar de contextos en los que la justicia se presenta de modo ambiguo.

Siglos dorados

Con este mención a los siglos dorados, Cervantes intenta contraponer el tiempo que vive el Quijote (al que llama "edad de hierro"), lleno de penurias y escasez, con otro más utópico y perfecto: el dorado. En el contexto en que fue escrita la obra (comienzos del siglo XVII) el vasto imperio español comenzaba a diluirse.

La primera referencia a esta edad dorada en la historia de la literatura, la realiza el poeta griego Hesíodoen su obra Los trabajos y los días o Trabajos y días- (700 a. C.). En ella habla de la Edad de Oro regida por el dios Cronos, en la que todo era paz y felicidad. A partir de entonces, el término se usa para designar cualquier época, real o imaginaria, mejor que la presente, o en todo caso, que otras que siguieron después.

                              La edad de oro (1530), Lucas Cranach el Viejo

El título de la obra de Hesíodo ha servido para nombrar a un programa de RTVE de principios de la década de los 90, donde se profundizaba sobre las costumbres de determinados los pueblos españoles, y a una novela de Lorenzo Silva

A quien se humilla, Dios le ensalza

Cervantes hace aquí referencia al Evangelio de Lucas (XIV, 11) y al de Mateo (XXIII, 12) donde se narra un pasaje de Jesús con los fariseos.

                                                Sesión del Concilio de Trento, cuadro de Tiziano

En este período de transición entre el Renacimiento y el Barroco, la Contrarreforma tuvo un gran peso en todas las manifestaciones sociales. Además se agudizaron las tensiones religiosas en toda Europa. En los años posteriores, la "Guerra de los Treinta años" es un claro ejemplo de ello, pues acaba resultando muy cara para España cuya población se ve gravemente afectada por la pobreza.

Cuernos para beber

Cuando Cervantes habla en este capítulo de la copa hecha de cuerno, quizá nuestra mente evoque a los vikingos y sus fornidos dioses, que las series de animaciónel cine y el cómic han representado en los últimos años. Sin embargo, estas interpretaciones podrían estar bastante alejadas de cómo era este pueblo nórdico en realidad.
A pesar de esas informaciones erróneas que han podido llegar hasta nuestros días, los llamados cuernos vikingos siguen utilizándose para beber (sobre todo cerveza) y existen muchas posibilidades de adquirirlos a través de la red.



En estas primeras líneas del capítulo, Cervantes se refiere a la práctica común de la época de vaciar los cuernos de vaca para echar la bebida en ellos. Y es que las copas no estaban todavía al alcance de don Quijote.

¿Te atreves a construir uno?

Cabreros



El oficio de cabrero todavía no ha desaparecido de nuestros días aunque su presencia es cada vez más escasa. Incluso es calificado por algunos como un oficio en peligro de extinción



No cabe duda de que la forma de  trabajo actual de los cabreros ha cambiando bastante desde el inicio de esta profesión. ¿Crees que muchos de ellos se sentirán identificados con la descripción que Cervantes hace de su figura en el capítulo?

Rocinante

El caballo de don Quijote, Rocinante, recibe su nombre de la palabra rocín.



 Su fama, al igual que la de su amo, ha atravesado fronteras y ha convertido a este personaje ficticio en el protagonista de varias canciones. Entre ellas:
¿Cuál de las tres te gusta más?

Pan y cebolla

¿Conoces la expresión "contigo, pan y cebolla"


Fíjate en el comienzo del artículo Contigo, pan y cebolla, publicado en la revista Muy interesante y descubre con qué intención Cervantes utiliza las palabras "pan y cebolla" en el capítulo:

Solemos interpretar esa frase como una afirmación de la fuerza que da el amor para vencer dificultades y salir adelante. Supongo que está de más explicar que el pan -en sentido literal y metafórico- es básico para la supervivencia humana. La cebolla no lo es, y por ello la convierto en motivo de reflexión. No se trata de hablar de pan y vino -con lo que podríamos seguir caminando- ni de otras combinaciones. ¿Por qué acompañar ahí el pan con la humilde cebolla? Aún recordando el hecho de que los pobres del Antiguo Egipto se alimentaban a veces así, las peculiaridades del vegetal nos invitan a pensar en otras direcciones: la estructura del bulbo y el eterno proceso de conocimiento que simboliza el ir abriendo capa tras capa, o la clave bioquímica, que nos recuerda las lágrimas que sin duda han de derramarse en toda relación bilateral. Pero también habrá que considerar facetas gastronómicas.

Aunque ha de decirse que la 
cebolla ha sido, por antonomasia, comida de pobres. Miguel Hernández escribió en la cárcel de Alicante, donde moriría, unas Nanas de la cebolla dedicadas a su hijo de pocos meses. Tras recibir una carta de su mujer diciéndole que no comía más que pan y cebolla, el 12 de septiembre de 1939 el poeta de Orihuela respondía a Josefina Manresa

"Estos días me los he pasado cavilando sobre tu situación, cada día más difícil. El olor a la cebolla que comes me llega hasta aquí y mi niño se sentirá indignado de mamar y sacar zumo de cebolla en vez de leche. Para que lo consueles te mando esas coplillas que le he hecho, ya que para mí no hay otro quehacer que escribiros a vosotros o desesperarme...

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba
".